Cómo elegir la parcela en función de mis necesidades
22 de septiembre de 2017
Una vez que tengo claro que quiero hacerme mi propia casa, y que me decido por la autopromoción, son varias las cuestiones que uno debe plantearse. En este artículo vamos a abordar una de las más importantes: la parcela.
Para dar con la ubicación adecuada, habrá que hacer caso a las sensaciones, buscando un lugar que nos guste, sin dejar por ello de lado la lógica. Como todo en la vida, se trata de alcanzar el equilibrio, y en gran parte, de conocerse a uno mismo.
Ubicación y estilo de vida:
Para empezar, reflexionemos en cómo nos relacionamos con el entorno. Habrá que preguntarse cuáles son las necesidades exteriores que tenemos de acuerdo a nuestro modo de vida, y localizar en el mapa las áreas que más nos convienen para centrar en ellas nuestra búsqueda. Debemos valorar la distancia al trabajo, a las actividades que realicemos, a los servicios que usamos, la conectividad, el acceso al transporte público… y considerar aparte del coste de la obra, qué supone vivir allí a diario en tiempo, dinero, y comodidad.
Características físicas y necesidades:
Uno no puede mover su casa de un sitio a otro -salvo aquel que viva en una caravana, claro está-, y aspectos tan diferentes como la accesibilidad, el consumo energético o el posible crecimiento familiar deben ser previstos pensando en el medio-largo plazo cuando uno va a elegir parcela. Una localización en pendiente tendrá previsiblemente mejores vistas que una localización llana, pero también puede implicar la existencia de escaleras. A la vez, el uso de las zonas exteriores será más aprovechable en el caso de terrenos planos. En otro ámbito, en un clima como el nuestro la incidencia del sol será un factor a tener en cuenta: un buen diseño arquitectónico puede ayudarnos a optimizar al máximo nuestra parcela en materia de gasto energético, pero sin duda la disposición de la misma será crucial. Por tanto habrá que proyectar las necesidades vitales sobre un espacio concreto, y ver si es viable construir el programa y la superficie deseados en la parcela elegida.
Presupuesto:
Las dos cuestiones anteriores se relacionan también con el presupuesto disponible. En este artículo hablábamos sobre el coste de una vivienda, y ya avanzábamos que el precio del metro cuadrado varía significativamente en función de la zona. Será también responsable contemplar las facilidades que nos ofrece la parcela para la ejecución de las obras, ya que esto puede encarecer o abaratar sensiblemente la ejecución.
Normativa:
Y por último, y posiblemente la cuestión más influyente: ¿qué se puede hacer en la parcela? Además de todo lo ya expuesto, será fundamental revisar la normativa que afecte a la finca que nos interesa, ya que por muchas ilusiones que depositemos en ella, tendremos que atenernos a la legislación vigente en materia de urbanismo. La edificabilidad, la altura, la separación a linderos, el tipo de construcción o incluso la imposibilidad de llevarla a cabo aparecen recogidos en el planeamiento y su consulta es obligada antes de emprender cualquier acción.
Nuestra recomendación, como siempre, es solicitar la ayuda de un especialista desde el primer momento. Son muchos los factores a tener en cuenta y no dar pasos en falso puede ahorrarnos dinero, tiempo y un disgusto.